Horacio Quiroga (1879-1937), además de haber cultivado su pasión por la literatura, lo hizo también por la naturaleza. Vivió en la selva de la provincia de Misiones, donde crió a sus dos hijos enseñándoles a desenvolverse solos y a sobrevivir. Quizá por eso, muchas de sus obras están ambientadas en la selva.
A la deriva fue publicado en el libro Cuentos de amor de locura y de muerte en 1917.