Su producción dramática se halla dentro del Neoclasicismo de los siglos XVIII y XIX, aunque, según Enrique del Pino, ya se ven componentes románticos en su obra: la exaltación trágica, la pugna del yo con el nuevo entorno, la búsqueda de escenarios exóticos y lejanos (Oriente, la Antigüedad), el deseo de libertad y autonomía.Algo había en ella de moderno e independiente que inquietaba vagamente a sus contemporáneos varones y no podían entender; fue atacada por consideraciones ajenas a su mérito literario intrínseco (su feminismo, su independencia, su conducta moral ajena entonces a los valores de la época, su relación con Manuel Godoy); la crítica actual ha puesto su obra en su justo, digno y merecido lugar.
Szórakoztató és szépirodalom