Aristófanes descubre en esta divertida comedia el eje del problema y da también la solución: el Dinero es ciego -como el Amor- y va donde no debe, pero si recuperara la vista, si pudiera ver, todo se solucionaría pues se acercaría solo a quienes lo merecen, en lugar de ir por ahí dando tumbos en manos de cuatro desaprensivos.