Todos saben que el mundo del boxeo suele ser hostil hacia el sexo débil. Giulia, una joven y bella instructora de boxeo, lo sabe mejor que nadie, ya que experimentó en primera persona lo difícil que es para una mujer no sólo ganarse el respeto de sus deportistas, sino sobre todo mantener a raya sus instintos básicos y sus subidas de hormonas.