Una vez más la antigua y bella obsesión del ser humano por la felicidad, es decir: por la salud interior. La filosofía como arte terapéutico. ¿Pero de qué estamos tan perpetuamente enfermos? ¿En qué consiste la anhelada felicidad? En vivir tranquilo, sin ambición, sin mayores deseos. En utilizar el dinero sin deleitarse en él, conservándolo sin inquietud y perdiéndolo sin lamentos. En gobernar las propias pasiones en lugar de ser su esclavo. En no tener miedo, en guiarse siempre por la razón y no llevar a cabo ninguna acción que nos cause remordimiento. Bueno, esto era al menos lo que pensaba Séneca. Así lo expuso en De la Felicidad (o Sobre la vida feliz), uno de los textos más importantes de la historia de la ética, un verdadero clásico que abre este volumen y que ha influido en la vida de millones de lectores a lo largo de dos milenios.