¡Enrique la garza no podía estarse quieto! ¡Él siempre se estaba moviendo, y esto los volvía loco a todos! Su hermano y hermana le gritaban porque caminaba en sus cabezas, y mamá y papá apenas podían ponerle alimento en su pequeña boca de bebé. Pero las garzas tienen que estar quietas para poder capturar su alimento entonces, ¿Podría Enrique ser capaz de alimentarse solo? En Enrique la garza impaciente, la autora Donna Love lleva a los lectores junto a Enrique mientras él aprende una lección valiosa con ¡el rey del camuflaje! Ilustraciones divertidísimas y alegres por Christina Wald complementan lo importante de la lección en el texto — ¡la importancia de mantenerse quieto! Esta es una lección significativa tanto para las garzas como para los niños.