El Romancero español es un grupo de cortos poemas de origen medieval desgajados de los cantares de gesta castellanos a partir del siglo XIV y transmitidos de forma oral hasta el XIX, en que, merced al interés que el Romanticismo sintió por la literatura medieval, Agustín Durán (1789-1862) empezó a recogerlos en sus famosas Colecciones de romances antiguos o Romanceros, Valladolid, 1821, ampliado luego con el título más célebre de Romancero General. Ya en el siglo XX, Ramón Menéndez Pidal y su escuela emprendieron su compilación exhaustiva y empezaron a ordenarlos y estudiarlos. Muchos romances provienen especialmente del XV y se conservan gracias a coleccionistas contemporáneos de estas composiciones, que compraban en las ferias en forma de pliegos sueltos y que elaboraban con ellos los llamados cancioneros de romances. Este es el llamado Romancero viejo.