Una hermosa maÃąana del mes de mayo de 182... entraba don Blas Bustos y Mosquera, escoltado por doce hombres a caballo, en el pueblo de Alcolote, a una legua de Granada. Cuando lo veÃan llegar, los vecinos entraban precipitadamente en las casas y cerraban las puertas a aquel terrible jefe de la policÃa de Granada. El cielo ha castigado su crueldad poniÃĐndole en la cara la impronta de su alma. Es un hombre de seis pies de estatura, cetrino, de una flacura que asusta. No es mÃĄs que jefe de la policÃa, pero hasta el obispo de Granada y el gobernador tiemblan ante ÃĐl.
Durante aquella guerra sublime contra NapoleÃģn que, en la posteridad, pondrÃĄ a los espaÃąoles del siglo XIX por delante de todos los demÃĄs pueblos de Europa y les asignarÃĄ el segundo lugar despuÃĐs de los franceses, don Blas fue uno de los mÃĄs famosos capitanes de guerrillas. El dÃa que su gente no habÃa matado por lo menos un francÃĐs, don Blas no dormÃa en una cama: era un voto.
Henri Beyle ( 1783- 1842), mÃĄs conocido por su seudÃģnimo Stendhal, fue un escritor francÃĐs, considerado como uno de los primeros y representantes literarios del realismo.
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