Durante los siglos XVII y XVIII las naciones europeas tienden a sobresalir sobre sus vecinas y a buscar expresiones barrocas típicas de cada país. Para conseguirlo, este estilo recurre a sofisticadas ornamentaciones que le convierten en un estilo recargado y a veces violento. Francia y Flandes, igual que las otras naciones europeas se preocupan de destacar, como hacen todos los demás con un estilo demasiado teatral a veces. Grabado en español ibérico (España).