En El cura de Tours , Balzac sigue con esa su disección de los solteros. Esta vez el personaje analizado con ese esmero que sólo es posible tener por este gran entomólogo, es una dueña de pensión, la Srta. Gamard, que alquila sus dos habitaciones a los eclesiásticos Birotteau y Troubert. Publicada en 1832, Balzac se hace servir del más crudo realismo para presentar su más sentida crítica hacia el clero.