El ÃĐxito sin precedentes de âEl profetaâ (1923) del poeta libanÃĐs Khalil GibrÃĄn (1883 â 1931) puede perfectamente interpretarse como el desencanto de occidente ante la prÃĐdica espiritual
de las religiones tradicionales.
En efecto GibrÃĄn (el âpoeta del exilioâ, como se lo llamÃģ) con su poesÃa de alta espiritualidad se transformÃģ, a partir de los 60, en el heraldo de la contracultura hippie, influyendo en verdaderos Ãconos de su ÃĐpoca, como Elvis Presley o, mÃĄs tarde, John Lennon. Su misticismo nace en el cristianismo maronita, para abrevar despuÃĐs en el islam, el judaÃsmo y la teosofÃa.
Su libro âEl profetaâ, verdadero best â seller del S. XX, lo convirtiÃģ en uno de los poetas mÃĄs leÃdos de la historia, siendo traducido, en pocos aÃąos, a 40 idiomas.
Su clave podrÃa ser que, en su ambigÞedad y honda espiritualidad, parece absorber tanto las mejores tradiciones espiritual - religiosas de occidente como las de oriente.
SolÃa decir: âlos amo cuando oran en sus mezquitas, sus iglesias y sus sinagogas. Ustedes y yo somos hijos de una misma fe: la fe en el EspÃrituâ y tambiÃĐn: âno soy polÃtico ni deseo serlo. Me alejo de los acontecimientos polÃticos y las luchas de poder, pues toda la tierra es mi patria y todos los hombres son mis hermanos...â.
Lo innegable es que hoy, y desde hace ya un siglo, millones de personas siguen buscando en âEl profetaâ un refugio y un remanso de paz y sabidurÃa, en un mundo cada vez mÃĄs despiadado y convulsionado, cuyos lÃderes polÃticos y religiosos los han, una y otra vez, decepcionado...