En “Mis amigos” Bove nos presenta a Batôn (bastón, en francés), herido de guerra que recorre el París de principios del s. XX, y a "sus amigos", aquellos que su imaginación ansía y proyecta en todo aquel que se cruza en su camino, pero cuya felicidad constituye, a la vez, la mayor de las ofensas. La búsqueda de Batôn, abocada al fracaso, resulta sin embargo cercana y reconocible. Una novela genial, que será particularmente apreciada por los solitarios y los perplejos. “Mis amigos” sorprende, esconde más de lo que muestra y sin embargo lo que esconde termina por pasar a un primer plano de forma tan imperceptible como contundente. Bove es un obseso por el detalle nimio, su mirada es extraña y autista. Su precisión, su hiperrealismo, su austeridad y su mirada trágica y absurda influyeron a autores de posguerra como Claude Simon, Albert Camus, Samuel Beckett, Nathalie Sarraute, y a autores posteriores como Patrick Modiano, Peter Handke o J. M. Coetzee. En 1950, el pintor holandés Bram van Velde le preguntó a Samuel Beckett qué autor debería leer. Beckett respondió: “Emmanuel Bove. Nadie como él tiene la sensibilidad por el detalle conmovedor.”