Llevamos a Europa a la sala de operaciones y la abrimos en canal. Metemos las manos en la herida y acercamos la luz a los grandes Ãģrganos enfermos. Nos damos cuenta de que las lesiones son tantas y tan profundas que no merece la pena intervenir. Guardamos el bisturà y nos limitamos a seÃąalar con el dedo las zonas afectadas mientras les decimos a los alumnos de Medicina que rodean el quirÃģfano: "Miren: fronteras necrosadas por el odio, pulmones encharcados en el pus del miedo, viejas mentiras resquebrajando la columna, el hemisferio izquierdo aletargado tras el gran ictus de Dios, tumoraciones metastÃĄsicas del poder. El diagnÃģstico lo conocen todos ustedes: colapso de la civilizaciÃģn. Mortal de nece(si)dad". Existen novelas difÃciles de escribir y existen novelas que parecen imposibles. Esta ha necesitado los recursos narrativos de varios gÃĐneros literarios para ser contada. La novela negra y su encarnaciÃģn del mal, el texto de ciencia ficciÃģn y los desastres de la incomunicaciÃģn, el relato bÃĐlico y la frÃa articulaciÃģn de la violencia, la estÃĐtica gÃģtica y el terror a lo que no conocemos, el testimonio social y el aire contaminado del poder. El resultado es la gigantografÃa de lo que somos y de lo que hacemos. La esperanza no es la promesa de un dÃa mejor, sino la toma de conciencia de que aÚn tenemos ojos para ver, cabeza para pensar y manos que rompernos en la lucha. David Llorente es ganador del premio Memorial Silverio CaÃąada a la Mejor Primera Novela Negra (2014) y del premio Hammett a la Mejor Novela Negra en Lengua Castellana (2017).
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