El médico narrador del relato se debate entre su sentido de cumplimiento del deber y la necesidad de salvar a su criada, una bella muchacha que está a punto de ser violada por un cochero demente. Con el sacrificio de la honra de Rosa no consigue nada porque no logra salvar al paciente grave que visita a 10 millas de su casa, lo que muestra el error de no ponderar bienes jurídicos de igual tutela ante el Estado, como son la vida de la chica y la del enfermo, pero más obligación tenía frente a la joven.