Fulcanelli es el seudónimo del mayor alquimista contemporáneo, y uno de los grandes maestros de todos los tiempos. Sobre él circulan infinidad de rumores, pero no se sabe nada cierto, existiendo diversas hipótesis. La única persona que supuestamente lo conoció fue Eugene Canseliet a quien Fulcanelli remitió sus manuscritos para su publicación en 1925, pero jamás ha revelado su identidad. Canseliet dice: "Hace ya tiempo que el autor de este libro no está entre nosotros. Se extinguió el hombre. Sólo persiste su recuerdo... Sus numerosos amigos, hermanos desconocidos que esperaban de él la solución del misterioso "Verbum dimissum", le llorarán conmigo... Desapareció al sonar la hora fatídica, cuando se produjo la Señal... Fulcanelli ya no existe. Sin embargo, y éste es nuestro consuelo, su pensamiento permanece, ardiente y vivo, encerrado para siempre en estas páginas como en un sanitario". Posteriormente, con inciertas alusiones a la existencia en otros planos y a aspectos secretos de la alquimia, tales afirmaciones han sido matizadas y algunos afirman que Fulcanelli siguió existiendo. Según se cuenta, el premio Nobel de física Jacques Bergier, fue visitado en 1937 por Fulcanelli quien le reveló algunos secretos referentes a la fisión nuclear. "Finis Gloriae Mundi", junto con "El Misterio de las Catedrales" y "Las Moradas Filosfales", es la trilogía de Fulcanelli que conforma una de las obras alquímicas más importante de todos los tiempos.