Dostoievski nos sumerge en la mente de Ivan Ivanovitch, un hombre atormentado por sus demonios internos. El juego se convierte en su única vía de escape, pero también en su perdición. Con una prosa vívida y diálogos incisivos, el autor nos revela las profundidades de la psique humana y las consecuencias devastadoras de la adicción al juego.