«Pachín González» cuenta la explosión del vapor «Cabo Machichaco», «una de las mayores catástrofes que registran los anales del mundo» (2008:83), y Pereda, que había renunciado a escribir desde hacia varios años, tomó de nuevo la pluma, movido por lo extraordinario de las circunstancias. El suceso tuvo lugar en Santander y causó la muerte a muchos amigos y conocidos, y aunque él no sufrió efectos, se hizo forzosamente eco de la profunda impresión que a nivel colectivo y personal causó en todos los santanderinos. Se diría que se sintió obligado a dejar un testimonio de aquello para la posteridad.