Las Fábulas y los apólogos, desde antes de la Edad Media, han sido relatados con intenciones morales y didácticas, con máximas y consejos, y si bien son narrativas, pueden presentarse en prosa o en verso.
Muchas de ellas llevan al final, una moraleja ejemplificadora. En otras, la enseñanza está sobreentendida pero no explícita.
Esta ficción breve y precisa enseña en una forma entretenida y moralizante; y muchos autores modernos y contemporáneos han tomado este género literario para deleitar a sus lectores menudos.