Se suponía que el matrimonio era solo de nombre...
Mis condiciones estaban claras: una lujosa casa en una isla griega a cambio de que Daisy se convirtiera en la señora de Matteo Dias.
¡Pero entonces mi esposa de conveniencia se presentó en un baile benéfico con una sorprendente propuesta!
Ella quería formar una familia, pero yo no podía darle amor. Aun así, me cautivó por completo y reclamar nuestra noche de bodas resultó un delicioso placer. Pero ¿sería capaz de convertirme en el marido que Daisy quería de verdad?