Digamos que el alma es la vida, es el espíritu, es el thinkingness, es la conciencia o cualquier término parecido que les comunique el significado de la vida y la vitalidad. – L. Ronald HubbardSe ha comprado y vendido en un millar de dramas. Se ha predicado al respecto desde cada púlpito, debatido, discutido, condenado y exaltado. Y sin medios para medirla o cuantificarla de manera precisa, las ciencias físicas o bien ignoraron o negaron su existencia misma.El alma humana.Aquí, entonces, está un descubrimiento de lo más notable por estar basado no sólo en fe y creencia, sino en pruebas tan irrefutables como cualquiera en la ciencia. Usando las herramientas más exactas de pensamiento para aislar los aspectos más inexactamente entendidos de un ser humano, L. Ronald Hubbard estableció que hay, de hecho, un alma. Más aun, el conocimiento de su naturaleza y características resuelve por fin la antigua cuestión del bien y el mal, no sólo con respecto a una vida futura, sino con aplicación inmediata en el aquí y ahora. Porque con la respuesta al mayor de todos los misterios se ha producido una comprensión totalmente nueva y, con eso, los medios para elevar la habilidad de uno para jugar el juego llamado “vida”.