Texto enigmático como la mayor parte de la obra de Kafka, La muralla china presenta la particularidad frente al resto de sus escritos, de situar el relato en un contexto histórico y geográfico identificable. Se presenta como un sobrio informe acerca de la construcción de una de las más espectaculares empresas arquitectónicas de la historia: “La muralla china”. Kafka desvela la pasión que sienten todos los caudillos por las obras públicas de envergadura. Pero desvela, además, y aquí reside la sustancia del relato, que la desmesurada voluntad de perdurar, de dejar huella, sólo pueden realizarla mediante la imposición de un fin único, de un único sentido y una única dirección a los esfuerzos de todos y cada uno de los individuos. El templo colosal, la presa que desafía a la naturaleza, el palacio cuya construcción imita una visión del paraíso o el levantamiento de una muralla que abrace un territorio de miles de kilómetros, no serían manifestaciones del progreso alcanzado en el pasado, sino ejemplos indelebles de los sacrificios que es capaz de imponer el poder autoritario. En las últimas líneas cuando deja constancia de la impotencia de los individuos para detener la construcción de una muralla que no necesitan, pero que se ha convertido, por imperativo del poder, en el fundamento último de la comunidad. Esta obra de Kafka constituye una de sus más transparentes reflexiones sobre el poder.
Grož. ir negrož. literatūra