Un arqueólogo, al escuchar los relatos y mitos que rodean a la Ciudad Sin Nombre decide emprender un viaje hacia la misma. Cuando llega nota la antigüedad de la metrópoli, siendo esta demasiado arcaica para ser obra del hombre. Al adentrarse en las profundidades descubre que los verdaderos constructores y dirigentes de esa ciudad fueron en realidad seres alienígenas ancestrales, con aspecto reptiliano, baja estatura y una fealdad grotesca, que en su época fueron objeto de adoración de los primeros hombres antes de caer en la decadencia y posteriormente en la caída de su reino espectral.