El protagonista, Lord Murchison, se enamora de una dama que parece ser la típica mujer fatal. La amada se envuelve a sí misma en un halo de misterio, pidiendo citas discretas y cartas subrepticias; el amante la ve introducirse en unas habitaciones alquiladas, un domicilio clandestino situado en un callejón, e interpretando todo esto como los convencionales signos de una cita secreta, exige una confesión de infidelidad. La desgraciada amada protesta humildemente su inocencia; pero el amante, convencido del engaño, frenéticamente la denuncia.