Novela en la que Robert Louis Stevenson (1850-1894) se entregó de lleno al libre curso de la pluma en una trama vibrante de acción, amor y aventuras, La Flecha Negra se sitúa en la Inglaterra medieval, durante el transcurso de la Guerra de las Dos Rosas que enfrentó por la corona del país a las casas de Lancaster y York.
Publicada originalmente como folletín a lo largo de 1883, año en que vio también la luz como libro La Isla del Tesoro, la obra narra la historia del joven Dick Shelton, quien, tras huir de los asesinos de su padre, el caballero Sir Harry Shelton, encuentra acogida y refugio entre los proscritos de la compañía de la Flecha Negra, quienes lo ayudarán a alcanzar un feliz final en sus peripecias.
Robert Louis Balfour Stevenson (Edimburgo, Escocia, 13 de noviembre de 1850-Vailima, cerca de Apia, isla de Upolu, Samoa, 3 de diciembre de 1894) también conocido como Robert L. Stevenson o R. L. Stevenson fue un novelista, cuentista, poeta y ensayista británico.
Su legado, incluido en el postromanticismo, es una vasta obra que incluye crónicas de viaje, colecciones de relatos y novelas de aventuras e históricas, así como lírica y ensayos tan curiosos como Apología del ocio (1876) o Moral laica (1897). Se lo conoce principalmente por ser el autor de algunas de las historias fantásticas y de aventuras más clásicas de la literatura como La isla del tesoro, la novela de aventuras Secuestrado, la novela histórica en la tradición del también escocés Walter Scott (La flecha negra, El señor de Ballantrae) y la popular novela de horror El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde, dedicada al tema de los fenómenos de la personalidad escindida y que puede ser clasificada como novela psicológica de horror.
Varias de sus novelas y cuentos continúan siendo populares y algunos de estos han sido adaptados más de una vez al cine y a la televisión, principalmente del siglo xx. Fue importante también su obra ensayística, breve pero decisiva en lo que se refiere a la estructura de la moderna novela de peripecias. Fue muy apreciado en su tiempo y siguió siéndolo después de su muerte. Tuvo influencia sobre autores como Joseph Conrad, Graham Greene, G. K. Chesterton, H. G. Wells, Adolfo Bioy Casares y Jorge Luis Borges.