Teresa, basada en una experiencia autobiográfica: los amoríos del autor con una joven de Guimarán durante unas vacaciones y su reencuentro años después. Con toda su ilusión, fue estrenada en Madrid en 1894 pero constituyó un rotundo fracaso, más a causa de las enemistades de su autor –duro crítico de sus compañeros literarios- que de la carencia de mérito.