Un día, mientras estoy sentado en casa, absorto mirando la televisión, ocurre un momento sorprendente de comprensión. Usted concibe un concepto extraordinario, uno que tiene el potencial de permitirle a su empresa ahorrar millones.
Al día siguiente lo presentas a tus superiores, quienes coinciden en que es un excelente concepto.
Se establece un equipo de proyecto para actualizarlo.
Sin embargo, en las semanas siguientes faltan avances ya que nadie es capaz de idear un método para implementar la idea. Con el tiempo, el entusiasmo de todos los implicados en el proyecto disminuye y, en aproximadamente un mes, la iniciativa se abandona por completo, provocando la pérdida de la idea.
Este es un fenómeno frecuente: innumerables ideas excepcionales no se implementan.
Cada tarea se puede dividir en tareas procesables, referencias y elementos secundarios.
Su empresa se está preparando para un argumento de venta crucial que determinará su éxito o fracaso, y su jefe le ha pedido que cree la presentación.
Sin embargo, después de sentarse frente a la computadora. No hay información disponible. Estás experimentando un estado de vacío mental y no estás seguro de cómo tomar alguna medida.
¿Se ha encontrado con una circunstancia comparable antes? ¡Es una sensación desagradable! Afortunadamente, existe un curso de acción sencillo que cualquiera puede seguir para garantizar que esta situación no vuelva a ocurrir.
Independientemente de su naturaleza, todas sus iniciativas se pueden clasificar en tres clasificaciones principales.
Antes de llevar a cabo el proyecto, los pasos iniciales implican la ejecución de tareas de acción, que son acciones particulares y necesarias.