Jean Valjean es un ex-presidiario. Cuando llega al pueblo de D., rumbo a su pueblo natal y presenta su pasaporte -en el que figura como ex-reo y ''hombre peligroso''- en el ayuntamiento, nadie se digna a acogerle y a darle de comer, salvo don Bienvenido, el párroco. Traicionando a su protector, Valjean le roba la cubertería de plata, pero le detienen en los alrededores, llevándole frente al párroco. Don Bienvenido decide no denunciarle, pero le arranca una promesa: usar lo que ha tomado para hacerse un hombre de bien.
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