La novela de Maximiliano Barrientos, Miles de ojos, se nutre del body horror y del surrealismo para contar una historia que transcurre en tres periodos temporales que tienen como punto común la presencia de un culto que adora la velocidad, hace de los autos un fetiche y persigue a un Plymouth Road Runner de 1970 que consideran el instrumento para una invocación. Arranca en los '70, cuando un hombre (disidente del culto) y su hijo huyen. Se internan en el monte para esconder los pistones de dicho auto. El segundo bloque transcurre en los '90, cuando un adolescente metalero, cuyo hermano murió corriendo en el Road Runner, experimenta visiones y transformaciones en su cuerpo tras una golpiza. El tercero acontece cien años más tarde, cuando una muchacha cuyo padre acaba de ser asesinado, emprende un viaje hacia un árbol convertido en santuario donde se encuentran los restos del Plymouth. La novela se sirve del weird fiction para explorar el cuerpo. Rompe la línea rígida que separa los sueños de la vigila y se acerca al universo del cyberpunk, ya que explora la fusión del cuerpo con la máquina, pero también con biologías no orgánicas. Las influencias y los ecos que resuenan en las páginas provienen de novelas como Ice Trilogy de Vladimir Sorokin, Southern Reach Trilogy de Jeff VanderMeer, Crash y La exhibición de atrocidades de JG Ballard. Las primeras películas de David Cronenberg. Tetsuo de Shinya Tsukamoto. Los videojuegos del diseñador japonés Hidetaka Miyasaki: Bloodborne y la saga Dark Souls. "Esta novela extraña y fascinante de Maximiliano Barrientos reúne su escritura elegante de siempre con referencias y obsesiones pías: la fusión es extravagante e intensa. El culto a los autos y la velocidad elevado a religión, black metal, rituales, Ballard y Mad Max en Bolivia. No sé si hay escritores así de arriesgados en América Latina". Mariana Enríquez
Ilukirjandus ja kirjandus