Un relato inédito de Sylvia Plath, la escritora que sigue fascinando generación tras generación, con epílogo de Mariana Enriquez.
Labios del color de la sangre, el sol tornándose rojizo en el ocaso gris, cuervos que salen desbandados ante unas ruedas de tren que traquetean «culpa, culpa, culpa»: la extrañeza inunda el vagón que lleva a Mary Ventura hacia el noveno reino.
«Pero ¿qué es el noveno reino?», le pregunta a una mujer de ojos azules y piel arrugada. «Es el reino de la negación, de la voluntad congelada -responde-. No hay retorno posible.»
Inédito todo este tiempo, Sylvia Plath escribió este misterioso relato cuando tenía veinte años. Como apunta Mariana Enríquez en el epílogo a esta edición, el hallazgo suma ahora una pieza más al rompecabezas de una escritora que lo ha sido todo para todos.
Reseñas:
«El relato contiene el germen de la escritora en la que se convertiría Plath. [...] Mary Ventura y el noveno reino es el tipo de historia que a menudo se describe como onírica, pero está más cerca de la experiencia de estar atrapado en una pesadilla. Una cereza llega con tu ginger ale, y es tan roja que debes estar soñando. Un hombre acuña tu billete, y es tan aterrador que debes despertarte.»
The New Yorker
«La historia es inesperada y astutamente conmovedora. [...] Es descaradamente freudiana (y la misma Plath no confiaba en su valor), pero si se analiza cuidadosamente, ofrece una nueva perspectiva sobre cómo y por qué leemos a Plath hoy en día.»
The New York Times
Sylvia Plath (1932-1963) es una de las escritoras más admiradas del siglo XX. Poeta, novelista y autora de relatos, su obra se ha convertido en un clásico contemporáneo. Sus escritos, incluido su primer poemario, El coloso (1960), tuvieron una gran acogida, pero su máximo reconocimiento fue fruto de la publicación póstuma de su colección Ariel (1962). Póstumamente obtuvo también el premio Pulitzer por su poesía. Sylvia Plath se suicidó a los treinta años, tras una larga depresión. Un mes antes de su muerte salió a la luz la que sería su única novela y su obra más icónica, La campana de cristal.