Los mejores libros jamás escritos.
«No hay que tentar a la suerte. Todo el mundo es muy valiente hasta que se lleva el primer desengaño.»
El ambiente plúmbeo y la rigidez moral que caracterizan a la aristocracia prusiana no logran someter la vitalidad de la joven Effi Briest, que cede a la tentación del adulterio sabiendo perdida su oportunidad de ser feliz. Su marido, el barón Von Innstetten, no se siente especialmente ofendido, pero no tendrá más remedio que hacer valer su autoridad por la presión de las normas sociales. Theodor Fontane se basó en un hecho real para retratar los conflictos de la recién creada nación alemana, tan dispuesta como reacia a asumir los nuevos modelos de subjetividad y progreso.
El presente volumen recoge la fiel y canónica traducción que en su día realizara F. de Ocampo.
Thomas Mann dijo...
«Si se quisiera seleccionar con el máximo rigor una biblioteca compuesta de doce novelas -o de diez, o incluso de seis-, no podría omitirse en ningún modo Effi Briest.»
Theodor Fontane nació en la ciudad de Neuruppin, Brandenburgo, en 1819. De joven se empleó como dependiente en una farmacia, y dedicó entonces a la poesía los que fueron sus primeros pasos en la literatura. Trabajó, más tarde, como periodista, y vivió cinco años en Inglaterra escribiendo crónicas para diarios prusianos. A partir de 1860 escribió literatura de viajes, resultado de sus vivencias europeas y orientales. Fue también corresponsal de guerra, y de hecho en el conflicto franco-prusiano de 1870 cayó prisionero en París. No fue hasta que Fontane llegó a una edad avanzada que se centró en el género literario que lo consagró a la posteridad, la novela. Los últimos años de su vida fueron los más fértiles de su carrera como escritor, con el beneplácito del público y la crítica. De entre sus novelas cabe destacar La adúltera (1882), La elección del capitán von Schach (1883), Cécile (1887), Errores y extravíos (1888), Effi Briest (1894) y El Stechlin (1898). Ha sido saludado como el máximo exponente del realismo literario alemán, y comparado con Flaubert o Tolstói. En 1894 la facultad de filosofía de la Universidad Friedrich-Wilhelm de Berlín (la actual Universidad Humboldt) lo nombró doctor honoris causa. Murió en esa ciudad en 1898.