Lúcido y combativo, William Ospina se niega a aceptar que en Colombia todo está perdido.
Estamos cansados de amar con vergüenza, de engendrar con miedo, de trabajar sin ganas, de luchar sin fuerzas, de morir sin gracia. Y estamos cansados de ser los cómplices de nuestros verdugos, de elegir a los que nos matan, de alimentar a los que nos roban, de admirar a los que nos desprecian.
Estamos cansados de que cueste tanto una educación que nada resuelve. Cansados de que nos sigan diciendo que al crimen se lo combate con criminales, que a la pobreza se la combate con jueces y cárceles; cansados de que las soluciones sigan siendo las mismas que nunca solucionaron nada.
Queremos un país y queremos un mundo. El resultado de doscientos años de falsa democracia son los ríos envenenados, los páramos destruidos, las selvas taladas, las ciudades rodeadas de miseria, el hambre en los vientres y el odio en los corazones.
Estamos cansados de esperarlo todo y de no recibir nada. Estamos cansados, pero ese cansancio no es una nada. Estamos cansados, pero ese cansancio no es una derrota.
William Ospina
William Ospina (Padua, Tolima, 1954) es autor de los libros de poesía Hilo de arena (1984), La luna del dragón (1991), El país del viento (Premio Nacional de Poesía del Instituto Colombiano de Cultura, 1992), ¿ Con quién habla Virginia caminando hacia el agua? (1995) y África (1999); de varios libros de ensayo, entre los que se destacan Los nuevos centros de la esfera (Premio de Ensayo Ezequiel Martínez Estrada de Casa de las Américas, La Habana, 2003), ¿Dónde está la franja amarilla? (1996), Las auroras de sangre (1999), El dibujo secreto de América Lati na (2014), Parar en seco (2016), El taller, el templo y el hogar (2018) y En busca de la Colombia perdida (2022) y de las novelas Ursúa (2005), El País de la Canela (2008, Premio Rómulo Gallegos 2009), La serpiente sin ojos (2012), El año del verano que nunca llegó (2015), Guayacanal (2019) y su célebre y más reciente Pondré mi oído en la piedra hasta que hable (2023).