A través de dos breves tratados, De la memoria y el recuerdo y Del sentido y lo sensible, Aristóteles pasa por el estudio de la vida sensitiva y el de las impresiones permanentes de la misma en la memoria, perfeccionada ésta por los principios de la intelectividad en el hombre, a enlazar con los problemas de la conceptualización y la teoría del conocimiento.