En esta obra Costa considera la cuestión del arbolado principalmente en el Alto Aragón, que es la zona que mejor conoce y que ha observado con mayor detalle, pero no se le escapan los problemas y las soluciones de otros climas y de otros territorios peninsulares. y así, con urgente voz nos informa que desde las talas masivas hechas por los entonces recientes propietarios, nacidos de la desamortización, tanto el clima como los cultivos han sufrido y siguen su-friendo en una progresión geométrica sumamente peligrosa.