El mundo en el que vivimos está marcado por un estado de cambio y agitación casi constantes.
Los líderes deben tener las habilidades necesarias para adaptarse, no sólo dentro de ellos mismos, sino también dentro de las organizaciones a las que están afiliados.
Si estás en una posición de liderazgo, una de las cosas más importantes que puedes hacer es trabajar en el desarrollo de tu resiliencia, lo que no sólo te beneficiará a ti sino también a quienes te rodean.
Puedes cultivar una cultura que sea resistente al cambio y esté lista para capear cualquier tormenta modelando y fomentando ciertas cualidades en la vida diaria.
La resiliencia de una organización sólo puede medirse en relación con su gente.
Cuando te educas sobre cómo convertirte en una persona más resiliente, también aprendes a tomar mejores decisiones cuando estás bajo presión y a guiar a las personas para que sean más flexibles ante el cambio.
Descubrirá diferentes formas de pensar, tácticas a prueba de estrés y principios de liderazgo que le ayudarán a adaptarse a las dificultades de la vida e incluso a ganar fuerza como resultado de esas dificultades.
Prepárese para adquirir la habilidad que más le será útil en los próximos años: la resiliencia.