La existencia contemporánea ha atrapado a muchas personas en un patrón de respiración desfavorable. Inhalamos profundamente, inhalando profundamente por la boca, mientras expandimos el pecho.
Sin embargo, esta no es la forma natural de respirar del ser humano y, con el tiempo, tiene consecuencias negativas.
De hecho, inhalar grandes cantidades de aire disminuye los niveles de dióxido de carbono en el torrente sanguíneo.
Los niveles óptimos de dióxido de carbono son necesarios para el funcionamiento saludable de nuestros vasos sanguíneos.
Cuando el nivel de dióxido de carbono disminuye debido a una respiración excesiva, nuestros vasos sanguíneos se contraen.
La circulación sanguínea reducida da como resultado una disminución del suministro de oxígeno a los tejidos de nuestro cuerpo.
Paradójicamente, a pesar del esfuerzo y de la respiración agitada, la respiración excesiva conduce a un estado de escasez de oxígeno.
Además, las consecuencias se acumulan.
Se ha descubierto que la respiración excesiva crónica está asociada con fatiga, dificultad para concentrarse, ansiedad y dificultad para dormir.
Incluso enfermedades respiratorias como el asma pueden verse agravadas.
Afortunadamente, tenemos la capacidad de reajustar nuestros patrones respiratorios.
Este libro explorará la técnica para reducir la intensidad de la respiración profunda y revelará los beneficios de la respiración lenta y superficial, particularmente a través de la nariz y que involucra los músculos abdominales.
Esta práctica ayuda a mantener niveles equilibrados de dióxido de carbono y garantiza una ingesta adecuada de oxígeno.
Si está interesado en comprender cómo una respiración correcta puede mejorar su claridad mental y su bienestar físico, siga leyendo.