No veía su propia belleza, hasta que llegó él y se la reveló.
Hester, asistente de una princesa, sabía que el príncipe Alek estaba por completo fuera de su alcance, pero, inesperadamente, se llevaría la sorpresa de su vida: Alek le propuso que contrajeran un matrimonio de conveniencia. A cambio, ella dispondría de dinero para ayudar a las mujeres más desfavorecidas. A pesar de sus miedos, Hester accedió.
Para retener el trono por el que lo había sacrificado todo, Alek debía escoger esposa, y fue precisamente la discreción de Hester lo que llamó su atención... hasta que su incontenible química reveló su magnífica belleza y su fuego interior. Todo ello le hizo ver a la reina en que podía convertirse, pero la pregunta fundamental era: ¿sería capaz?