A quienes siempre se han acercado al cine de terror con una mezcla de escepticismo y aprensión, les sorprenderá la enorme influencia de las veinticinco películas ilustradas y reseñadas en este libro, convertidas en clásicos y en iconos reconocibles para todo el mundo. Su diversidad, sus fuentes de inspiración (casi siempre literarias), su calidad artística y técnica y su frecuente carácter intemporal, justifican la existencia de fieles y multitudinarios aficionados a la irrupción del terror en la pantalla. Uno de los géneros cinematográficos con mayor capacidad para que nos revolvamos en nuestras butacas, nos sintamos zarandeados en nuestras emociones y no nos recuperemos tan fácilmente tras la palabra FIN.
(Alberto Gil)