Habían pasado tres años desde que Annie Baracas había abandonado a su marido, Nathan Reed, propietario de un casino en Las Vegas, y él todavía no había firmado los papeles del divorcio. Por eso, cuando Nate al fin le ofreció la libertad, Annie aceptó sus condiciones. Aunque eso implicara actuar como su esposa durante una semana y ayudarle a capturar a un ladrón.
Sin embargo, lo que empezó como una farsa acabó convirtiéndose en mucho más. Y Annie no pudo evitar preguntarse cómo sería quedarse en la cama de Nate... durante toda la vida.