El banco de semen era la última esperanza de Liz Donovan, pero en lugar de un donante anónimo, se encontró con que Quentin Whittaker se ofrecía a ser el padre de su hijo, con la condición de que se casara con él. Lo cierto era que el sexy empresario despertaba en ella deseo suficiente como para formar familia numerosa.
Hacer el amor con Elizabeth era el placer más delicioso que jamás había experimentado, pero aquel era sólo un acuerdo temporal. Y sin embargo, ¿cómo iba a poder dejarla marchar después de que tuviera a su hijo?