Dos generaciones más tarde, un comando artístico capitaneado por aquella niña, Clara Balseiro, prepara una audaz operación de denuncia ecologista: resucitar los jardines de Babilonia del abuelo Leandro en una cantera abandonada. Junto a ella, su hijo adolescente, un pianista amnésico, una psiquiatra austríaca y una joven con adicción a los problemas sentimentales.
Escrita a modo de cuaderno de campo nos llega esta preciosa historia como una flor rara, una irresistible propuesta de rebeldía y respeto al medio ambiente.