Situada por encima de los tres mil metros de altitud, Ngawa sigue siendo uno de los principales focos de resistencia de los tibetanos contra China. Fue allí donde por primera vez se encontraron los tibetanos con los chinos comunistas que huían de la guerra civil. Hambrientos y agotados, los soldados engullían las figuras de Buda hechas con harina y mantequilla que decoraban los templos y monasterios ante los ojos horrorizados de la población local. Empezaba así una historia de desencuentros que aún perdura.
A partir de la vida de una princesa expulsada durante la revolución, un nómada tibetano que acaba radicalizándose, un emprendedor enamorado de una mujer china, un poeta e intelectual voz de la resistencia y una niña obligada desde pequeña a elegir entre su familia y el dinero chino, el libro aborda el dilema al que los tibetanos llevan décadas enfrentándose: resistir o someterse.