El autor recorre la historia, las costas y las ciudades más importantes, pero también las aguas que comunican con el Mediterráneo (el Mar Negro, el Atlántico, el Mar Rojo o ríos como el Ebro, el Ródano o el Nilo). Es necesario comprender las guerras por la supremacía de estas aguas para entender las fronteras cambiantes de los estados, las sociedades y sus religiones, los edificios y las culturas, la identidad y la historia de sus pueblos.