Escriba mediocre, dibujante nefasto, músico analfabeto, ajedrecista tramposo y cardenal de oficio.
La idea del Cardenal Najdorf surge de "La vuelta al día en ochenta mundos", donde las mascotas de Cortázar tienen nombres de categoría. Los textos son hijos de una venganza Dolinesca, que lee a Wilcock en los laberintos de Borges, solo para encontrar el castigo de Fedor y de toda la patota de intelectuales rusos. Tras despertar y corroborar que el dinosaurio se las picó, llegó el desencanto y como un resultado un puñado de arroz húmedo, que nadie quiere y que nadie pidió.
Devinieron algunos bocetos en cuadernos y dibujos perdidos en las pensiones, luego un blog, algún libro impreso abandonado en mis propios estantes y finalmente unos pequeños PDF. (pequeños x breves, breves x escasos, escasos x pobres).
Participaciones en clubes de lectura y algunas selecciones para antologías, no hacen mérito pero estorban. porque ese es el propósito: estorbar y hacernos perder el tiempo con rigurosa malicia, una y otra vez.