Carlos de Foucauld nació en 1858 en una familia noble de Estrasburgo. Durante muchos años llevó una vida libertina y dilapidó gran parte de la fortuna familiar. Más tarde se alistó en el ejército y fue destinado a Marruecos. El contacto con las tribus musulmanas, la soledad y el silencio del desierto facilitaron su conversión. En 1890 entró en el Monasterio de La Trapa pero, deseoso de llevar a cabo su ideal de espiritualidad (una vida solitaria y silenciosa, centrada en el trabajo manual a imitación de Jesús en Nazaret), solicitó permiso para instalarse como ermitaño en Benni-Abbés, en pleno desierto de Argelia. Allí entabló contacto con las tribus tuaregs de la zona y se dedicó al estudio del árabe. En 1916 fue asesinado por una tribu tuareg.