Quizá le hubiera juzgado mal al pensar que era un mujeriego y desde luego su plan de darle una lección salió un poco mal. Pero en lugar de un castigo por sus malas intenciones, lo que Mattie recibió fue un romántico fin de semana en París junto al hombre más guapo y sexy que había conocido en su vida... el mismo del que había prometido mantenerse alejada. Por eso debían dormir en habitaciones separadas.