Jacob pareciera ser cualquier cosa menos un disc&í pulo ejemplar. Es un hombre embustero, mentiroso, ego&í sta y ambicioso que tiene hijos con cuatro mujeres y lidera una familia disfuncional plagada de envidias y traiciones. Pero Jacob es tambié n Israel, el hom&ó nimo de la comunidad de Dios en el Antiguo Testamento, escogido y bendecido. Como tal, este santo pecador que cojea junto al Se&ñ or, agobiado por la debilidad y asediado por los problemas, es el fiel reflejo de todos los que seguimos a Jes&ú s. En su vida vemos nuestras vidas, nuestras luchas, nuestros fracasos y muy especialmente al Dios que nos ama y nos escoge como suyos. Al examinar su biograf&í a, desde su pendencia con Esa&ú en el vientre hasta su muerte en la vejez en Egipto, aprenderemos m&á s acerca de nosotros mismos y el Dios que est&á con nosotros y por nosotros en Jes&ú s el Mes&í as.