Gente Muerta sirve como carta de presentación para un autor novedoso, brutal y divertido, que da un nuevo color a la novela de intriga británica. Si por algo destaca Charlie Williams es por su ojo clínico a la hora de retratar la Inglaterra rural, sus costumbres y la forma en que los lugareños se expresan, combinando de manera original un fino humor, costumbrismo y estallidos de violencia irracional.