PARA SALVAR A SU FAMILIA, DEBERÁ SER MALA... MUY MALA... La señorita Judith Pengarden tiene problemas: su familia tiene deudas y pronto perderán su hogar. ¿Qué debe hacer una buena hermana para salvar a los que ama de la ruina? Bueno, robar algunos pocos objetos de la casa de un aristócrata —objetos que, de seguro, nunca extrañarán— y venderlos para pagar las deudas de su familia. Por fortuna para ella, conoce a Simon Montgomery, el nuevo conde de Cartwright, un solitario conocedor de antigüedades. Puede ayudarla a evitar la prisión por deudas y, tal vez, también pudiera reclamar su corazón. Salvo que, en lugar de robar en la residencia del vecino de Simon, entra en la casa equivocada... Simon está determinado a cambiar la forma en la que el mundo ve a su familia, aunque signifique que no pueda cumplir sus sueños de ser un académico para asumir su nuevo título. Cuando un ladrón irrumpe en su hogar y roba una preciada reliquia familiar, jura recuperarla. ¡Lo último que espera es que la joven que conoció en una fiesta al aire libre sea una ladrona! Cuando es descubierta con sus posesiones, ¿de qué forma podrá ella convencerlo de que, a pesar de su decepción, su amor por él es verdadero?