Beth Conroy era una joven viuda que dedicaba su vida a cuidar de su hijo, en silla de ruedas desde el accidente en el que había muerto su padre. Entonces, Kevin ganó un viaje al rancho de su héroe, y la vida de Beth se puso patas arriba por culpa de una estrella del rodeo. Jake Dixon jamás había visto una madre tan protectora... ni tan bella.
La devoción con la que Beth cuidaba de su hijo y la tristeza de sus ojos le encogían el corazón y le hacían desear besarla hasta hacerla olvidar todos sus problemas... pero también ella descubrió que Jake huía de algo...