Las Confesiones de San Agustín son el testimonio de quien se siente esperado, conocido, perdonado y salvado por Dios. Agustín, peregrino de lo eterno y buscador de lo permanente, así se autoexperimentó. Por eso pudo plasmar esta certeza: “nos hiciste, Señor, para ti y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en ti” (Conf. 1,1). Las Confesiones son un diario de Agustín y una biografía de Dios. Trasciende el tiempo y ha gozado durante siglos de simpatía y admiración.